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Tres Canciones Emblemáticas de Salta

 

Por Raúl Lavalle

e propongo en estas líneas simplemente expresar algo de lo que siento al escuchar tres canciones famosas que hablan de Salta. Quizás mi lectura pueda hallar eco emotivo en algún lector. Empiezo por un vals, no tan conocido, de Los Chalchaleros. Plaza 9 de Julio tiene letra de Juan Carlos Saravia y música de Pancho Figueroa.

Recordando las cosas de mi Salta quinceañera,
de tardes otoñales, perfumadas por azahar,
hay sueños que perduran y reviven en la mente,
con toda la frescura de volverlos a encontrar.
Con todos los amores que guardamos muy profundo,
con todos los amigos de ese tiempo colegial:
la vuelta de la plaza con chiquillas coqueteando
a todos los tenorios aprendices del amor.
¿Dónde estás, paseo inolvidable?
¿Dónde estás, muchacha encantadora?
Con el sombrero en mano saludábamos felices
a tu mirada pilla, que nos insinuaba un sí.
Y a la tarde siguiente tu sonrisa ya no estaba,
para darnos la ilusión de continuar el gran amor.
 
Plaza 9 de Julio, resguardada por recovas:
tus árboles añosos dan su sombra maternal
para el andar tranquilo de la gente que pasea
y del encuentro grato con la Salta del ayer.  
Por la calle Caseros destacándose el Cabildo
y, por la calle España, majestuosa Catedral,
Plaza 9 de Julio, sos el alma de mi Salta
y siento que regreso a mi tiempo juvenil.

            Tomo el texto presente en el sitio Letras del Cancionero Folklórico Argentino (http://www.folkloredelnorte.com.ar/cancionero/opq/plazanuevedejulio.html), que trae además una nota de Cucho Márquez: “El chalchalero Juan Carlos Saravia escribió la letra de este tema autobiográfico y de él nos cuenta: ‘A este valsecito lo recuerdo con especial cariño, porque refleja una época maravillosa de mi vida, cuando tenía 17 o 18 años y era un muchacho alto, flaco y buen mozo; en realidad, una pinturita: ese muchacho que tenemos todos en un rincón del corazón’. Quienes conocen bien al ex flaco dicen que lo más autobiográfico de este vals es el verso que dice ‘los tenorios’; pues nuestro buen chalchalero, desde muy jovencito, ya era ‘aprendices del amor’ todo un conquistador.”

            Recordemos primero que chalchalero es una “especie de zorzal”. Parece tener que ver con chalchal, “árbol de la familia de las sapindáceas de hasta 10 m de alto, con fruto rojo y flores blancoamarillentas dispuestas en racimos.” Definiciones tomadas de: Academia Argentina de Letras. Diccionario del habla de los argentinos. Buenos Aires, 2003. En cuanto a la canción, sin duda revive los galanteos arriba mentados por Cucho Márquez. Pero también prima el encomio de la belleza, pues monumentos arquitectónicos, árboles floridos y paseos nos llevan a la bonita ciudad de nuestra tierra. Saravia reunió todo esto en su personal sentir.

            ¿Quién no conoce Recuerdo salteño, letra de Ramón Burgos y música de Marcos Tames, cuyos versos también se encuentran en el ya citado Cancionero (http://www.folkloredelnorte.com.ar/cancionero/rst/recuerdosaltenio.html)?

Renace con emoción
el recuerdo de mi adiós:
nostalgias de tu río,
el valle mío, ceibos en flor.  
Vibra todo mi ser
al cantar mi canción
y al evocar tus cerros,
repica un bombo en mi corazón.
Bajo tu cielo estaré, Salta, cuna de mi ser.
Como en aquellos tiempos, cuando era chango,

quiero volver y sentir en el aire
aromas de albahaca pa’l Carnaval.

Las flores de mi jardín
tan hermosas no son
como eres tú, mi dueña,
dulce salteña de mi ilusión.
Si pudiera volar 
como el libre zorzal
y cantar en tus rejas
en una noche primaveral.

            Esta zamba también se apoya en la remembranza. Los retóricos romanos usaban la palabra congeries, ‘acumulación.’ Y aquí también se acumulan los dulces recuerdos de quien ya ha dejado de ser chango, pero que recrea en el ánimo las bellezas del suelo nativo. Y de la evocación no está ausente la amada flor de otrora. El alma deviene entonces zorzal, pues desea ser libre y cantar. Aceptemos entonces la invitación de Recuerdo salteño; solo que Salta siempre es linda, no solo ayer. Pero terminaré mi propia añoranza con Carpas salteñas, con letra y música de Juan José Solá y también en el mismo Cancionero (http://www.folkloredelnorte.com.ar/cancionero/abc/cante-cop/carpassaltenias.html).

Carpas de Salta,
las vuelvo a recordar:
bandoneón y guitarra,
zambas para bailar.
Chicha y aloja,
vinito pa tomar:
ramas de albahaca verde,
olor a Carnaval.
Carpas de La Silleta,
Campo Quijano y La Merced.
Toda Salta de fiesta:
¿quién pudiera volver?

Agua florida,
harina pa jugar,
canastillas de flores:
todo pal Carnaval.
Penas alegres,
airosas a bailar;
ellos se hacen mil hachas
de tanto zapatear.

            José de Guardia de Ponté, en el Portal Informativo de Salta (http://www.portaldesalta.gov.ar/jjsola.htm), nos trae el testimonio del autor, el Payito Solá, que nos cuenta el origen espiritual de su canción, como homenaje a su padre el Payo Solá. “Como mi padre actuó en las carpas, le pregunté cuáles carpas eran famosas en ese tiempo que él tocaba y me nombró La Silleta, Campo Quijano, La Merced, lugares que me inspiraron para ponerlos en esta zamba. Yo en ese tiempo enseñaba guitarra y en la casa de un alumno Di Rado, donde tenían una quinta; sentí el aroma de albahaca y dije: ‘ramas de albahaca verde / olor a carnaval.’ Y dije: ‘Lindo para ponerlo en una zamba.’ Y ahí esta en la zamba. Mi padre no llegó a grabarla porque falleció al año siguiente.”

“Bandoneón y guitarra” decía la letra. Ninguno es autóctono.  Dicen que el bandoneón fue creación del alemán Heinrich Band, allá por el siglo XIX, según un muy   esclarecedor artículo de Oscar Zucchi en el sitio Todotango (http://www.todotango.com/spanish/biblioteca/cronicas/el_bandoneon.asp). No importa tanto el origen primigenio, sino el carácter nuestro que adquirieron Y también es verdad que esta zamba tiene aromas de la naturaleza, porque Salta es la provincia que más cultivos tiene. Sus selvas, llanuras y montañas, sus calores y sus fríos la hacen cuerno de la abundancia (cf.: http://www.portaldesalta.gov.ar/agro.htm). Gocemos entonces de sus frutos, bebamos, dancemos y escuchemos su folclore. Agradezco a los lectores haberme acompañado en este pequeño recital poético, que sintetiza muchas cosas entrañables de la Salta eterna.

                                                                        Raúl Lavalle